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    Los Capuchinos somos la rama más joven de los franciscanos, remontándonos a 1525…

La Sagrada Familia

30 de enero, día de la No-Violencia


Este día se conmemora la muerte del líder nacional y espiritual de la India, el Mahatma Gandhi, el 30 de Enero de 1948, asesinado a tiros por un fanático hinduista. Gandhi nació en Porbandar, India, en 1869, y tras graduarse en derecho en Inglaterra, se instaló en África del sur y luchó allí contra la discriminación de que eran objeto los indios. Al volver a la India organizó la resistencia no violenta (su filosofía, de base religiosa, tenía por principio fundamental la no violencia) contra el colonialismo y la no cooperación con la administración inglesa. Trató de frenar los choques entre hindúes y musulmanes que se produjeron tras la independencia en agosto de 1947. Encarcelado en numerosas ocasiones, era en 1937 el líder de un movimiento independentista capaz de movilizar o detener a millones de indios.

También celebramos el Día Escolar de la No-violencia y la Paz (DENIP) fue declarado por primera vez en 1964. Surge de una iniciativa pionera, no gubernamental, independiente, y voluntaria de Educación Noviolenta y Pacificadora del profesor español Llorenç Vidal. Su objetivo es la educación en y para la tolerancia, la solidaridad, la concordia, el respeto a los Derechos Humanos, la no-violencia y la paz.

"Misericordia quiero y no sacrificios" (Mt 9,13)

"Y en esto quiero conocer si tú amas al Señor y a mí, siervo suyo y tuyo, si hicieras esto, a saber, que no haya hermano alguno en el mundo que haya pecado todo cuanto haya podido pecar, que, después que haya visto tus ojos, no se marche jamás sin tu misericordia, si pide misericordia. Y si él no pidiera misericordia, que tú le preguntes si quiere misericordia. Y si mil veces pecara después delante de tus ojos, ámalo más que a mí para esto, para que lo atraigas al Señor; y ten siempre misericordia de tales hermanos."


De la Carta a un Ministro de san Francisco de Asís 

Hermanas Clarisas Capuchinas

Autenticidad de vida en la era digital


CIUDAD DEL VATICANO - Se presentó el Mensaje para la XLV Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, cuyo tema es: "Verdad, anuncio y autenticidad de vida en la era digital".

Intervinieron en la rueda de prensa el arzobispo Claudio Maria Celli, los monseñores Paul Tighe y Giuseppe Antonio Scotti, respectivamente presidente, secretario y secretario adjunto del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales y Angelo Scelzo, subsecretario del mismo dicasterio.

El arzobispo Celli afirmó que “el mensaje de este año comienza con un hecho cada vez más evidente: existe una verdadera y gran transformación cultural, no sólo porque las nuevas tecnologías están cambiando la manera de comunicar, sino la misma comunicación”.

“Las nuevas tecnologías –dijo- ofrecen grandes oportunidades para el encuentro entre los seres humanos, superando las limitaciones del espacio y de la cultura de pertenencia, y crean la posibilidad de dar lugar a nuevas amistades, a pesar de los riesgos inevitables”.

El presidente del dicasterio subrayó que “las nuevas posibilidades de relacionarse ofrecidas por las tecnologías modernas ponen de relieve cómo ahora es posible no sólo un intercambio de informaciones, sino el compartir la visión del mundo, las esperanzas e ideales”.

“El Papa -continuó- relaciona tres aspectos importantes de la vida actual: la comunicación digital, la auto-imagen y la coherencia de vida. Las dinámicas comunicativas del mundo digital crean nuevas formas de construir la propia identidad, y aquí se enmarca la llamada del Santo Padre a la coherencia, a la autenticidad”.

En el mensaje, concluyó el arzobispo Celli, “se habla de un “estilo cristiano” de presencia: es lo que da sentido al título del mensaje, en el sentido de que el testimonio de los profesionales católicos no se agota en la mera discusión de temas religiosos, sino que está llamado a manifestarse en el estilo de vida personal concreto. La coherencia de vida con el Evangelio es una forma de anuncio; una comunicación explícita que hace creíble el anuncio. La exigencia de dar a conocer el Evangelio en su integridad debe manifestarse más que nunca como un “signo” distintivo de la era digital”.

Dios nos Ama


Bienvenido

Las trampas de la solidaridad

La solidaridad es un ámbito donde aparece lo mejor del ser humano, pero donde también aparecen nuestras mayores trampas. La persona es un ser con capacidad de solidarizarse y con infinita capacidad de autoengaño. La solidaridad es uno de los ámbitos donde el ser humano se hace más trampas.

La solidaridad, a la vez que toca las teclas más bellas de la condición humana, roza las fibras en las que su ambivalencia se hace más palpable: vanidad, auto imagen, protagonismo, narcisismo, interés egoísta, erótica de la superioridad… ¿Cuáles son la motivaciones de la solidaridad?¿Cuáles las expectativas?

Muchas veces ocupa un lugar predominante nuestra necesidad de sentirnos valorados y de vernos buenos. No existe un ejercicio puro de solidaridad gratuita y generosa. La tensión entre la gratuidad y el propio interés es propia de nuestra contradictoria condición humana. Si somos conscientes de ello, podemos aprender a aceptarla y valorarla.

Nos hacemos trampas al sentirnos buenos, porque ese sentimiento nos separa de los demás, nos hace sentirnos por encima del resto: nos hace sentirnos superiores a los que ayudamos y nos hace sentirnos también superiores a los que nos rodean, que parece que no hacen nada ni ven nada del sufrimiento de los otros.

Pero la realidad no es así, la razón de nuestra solidaridad pierde su sentido real y en nuestro sentimiento de superioridad está el pago de nuestra grandeza. Además, muchas veces lo que hacemos ni siquiera es un acto de generosidad, sino de mínima justicia.

Poder dar gratis, incondicionalmente, acercarnos al dolor del otro, está unido al amor y a la bondad del corazón, capaz de acoger el sufrimiento. En el Evangelio Dios nos da la fuerza y la fuente del amor. Desde ahí, la posibilidad de acoger y solidarizarnos para aliviar el sufrimiento de los otros no es mérito nuestro, sino un gran regalo. Acercándonos al amor incondicional de Dios, llegamos a ser capaces de asumir nuestra existencia: podemos recibir todo lo que nos toca como un don y entregarnos de la misma manera a los que nos son confiados.

Espiritualidad franciscana

La espiritualidad franciscana es netamente solidaria, porque todos somos hermanos y todo lo que ocurre al hermano me afecta y me importa. El hermano no puede decir a su hermano: “no me importas” o “no sé quién eres”, porque todos, todos somos hermanos. De aquí brota la solidaridad. Pero nos ocurre, como ocurría a los primeros hermanos, que nuestras motivaciones no siempre son limpias. Detrás de las cosas más sagradas que hacemos, existen a menudo móviles ruines, pobres, egoístas. El Hno. Francisco se dio cuenta pronto de esto y en los avisos que Francisco hace a sus hermanos les advierte de esas trampas, de la necesidad de un corazón limpio, sin atajos, sin buscarse a sí mismo. Se nos dan los hermanos, no para lucirnos nosotros, sino para amarlos.

No endurezcas tu corazón


Economía Fraterna


La “Economía Fraterna” es una nueva forma de relacionarse con el mundo y, al mismo tiempo, un anuncio profético. Es mucho más que un simple sistema de contabilidad o de compartir fraternalmente los recursos de la casa. Sus cinco principios son una crítica profética al sistema corriente que muchos de nosotros han aceptado como el único sistema posible:

La participación asegura que todos aquellos que están en ella interesados estén comprometidos en las decisiones más signifi cativas que se tomen. Es éste un elemento importante contra la manipulación y el secreto de las informaciones.

La equidad no exige que cada uno tenga las mismas cosas, sino que cada uno tenga el derecho a lo que se necesita para llevar una vida digna. En una forma en la que se reconocen las diferencias personales y culturales. Y es rechazo a valorar las personas con el metro de lo que yo poseo.

La transparencia garantiza la honestidad, la responsabilidad y los criterios éticos en las transacciones. Constituye una fuerte crítica a la corrupción, a la deshonestidad y a la manipulación en los diferentes niveles de la sociedad.


La solidaridad critica y se contrapone a la voluntad de provecho que concentra la riqueza en las manos de pocos y actúa como motor de la “economía de mercado”. La solidaridad se basa en la experiencia de san Francisco de que lo que nosotros poseemos viene de Dios y que la única cosa que es verdaderamente nuestra es nuestro pecado. (Rnb XVII,7 y 17).


La austeridad no es exactamente sólo la opción personal de un estilo de vida sencillo sino que es también una opción comunitaria contra todo lo que destruye las relaciones con Dios y con nuestros hermanos y hermanas. Es un valor fraterno fundamental que preserva los demás valores de la vida franciscana. Es una manera de rechazar un sistema que funciona con crear constantemente nuevos deseos para poder vender más. Sin la “auto-limitación” de la austeridad, la solidaridad se convierte en objeto de ofensa y de destrucción.


Carta de Porto Alegre / Marzo 2006 / OFMCap

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Taizé - Sing To God

Venerabilis Barba Capuccinorum

Venerable barba de los Capuchinos


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Nuestras presencias

México 

Puebla, Puebla:
Convento San Leopoldo Mandic
Casa de formación: Noviciado
Parroquia: La Preciosa Sangre de Cristo.
Pavorreales # 22, Col. Gavilanes. Xilotzingo, Puebla, Pue. CP. 72580
Tel. (01 222) 245-95-27.

La Piedad, Michoacán.
Convento San Antonio
Casa de formación: Postulantado
Tancitaro # 196, Col. Vasco de Quiroga C.P. 59380
Tel. (01 352) 52-162-89

Zapopan, Jalisco.
Convento Santa María de los Ángeles.
Casa de formación: Postnoviciado (aquí se hacen los estudios de filosofía)
Priv. Bugambilias 350.
Col. Rinconada Sta. Rita. Zapopan, Jalisco (atrás de Plaza México). C.P. 44690
Tel. (01 33) 38-13-24-00.

Chalcatongo, Oaxaca.
Parroquia de Santa María de la Natividad
Casa de Misión
Chalcatongo, Oax.
Tel. (01 95) 35-33-42-44

Lago de Guadalupe, Cuautitlán Izcalli.
Instituto Santa Verónica
Casa de formación para las Hnas. Capuchinas.
Bosque del Lago, Cuautitlán izcalli, Edo. De Mex.
Tel. (01 55) 58 77 04 23

México D.F.
Parroquia de la Inmaculada y San Pío
Casa de formación de Teología.
Gutiérrez Zamora y Rivera s/n.
Col. Las Águilas., México, D.F. C.P. 01710
Tel. (01 55) 55-93-00-22


Isla Mujeres, Quintana Roo
Santuario Padre Pío
Av. Rancho Viejo, P. 471.
Zona Cont. Isla Mujeres, Cancún, Q. Roo. C.P. 77500
Tel. 9981855343


Texas

Si vives en EUA y te interesa formar parte de la gran familia Franciscana Capuchina puedes pedir más información poniéndote en contacto el Hno. Marío García ( 214 500 8595 ) o también puedes visitar las presencias en el estado americano de Texas, ubicadas en las siguientes direcciones,:

Inmaculado Corazón de María
3845 S. Main Fort Worth, TX 76110
Tel: (817) 923-6121

Nuestra Señora de Guadalupe
1012 Parsons Ln Fort Worth, Tx 71610
Tel: (817) 624-4000

Centro de Cursillos de Fort Worth
221 N. W. 26th Fort Worth, Tx 71610
Tel: (817) 624-9411

Centro de Cursillos de Dallas
5605 Bernal Dr. Dallas, Tx 75212
Tel: (214) 631-7778

Our Lady of Lourdes
5605 Bernal Dr. Dallas, Tx 75212
Tel: (214) 637-6673

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Capuchino?


El Cappuccino, una especialidad de café de consentida a popular.
El cappuccino o capuchino es una bebida de origen italiano, preparada con café expreso y leche. Un capuchino se compone generalmente por un tercio de café expreso, un tercio de leche cocida al vapor y un tercio de leche con espuma. En Italia se consume casi exclusivamente para el desayuno; en algunos otros países se puede consumir a lo largo de todo el día o después de la cena.

La calidad de un capuchino la dará el café expreso y el elemento más importante al prepararlo es la textura y la temperatura de la leche. Cuando un barista experto (nombre que se le da al profesional que prepara sirve bebidas especiales de café) acrema y da volumen a la leche por medio de vapor para un capuchino, debe crear la “leche especial” introduciéndole minúsculas burbujas de aire. Esto da a la leche una textura extremadamente aterciopelada y un sabor dulce. Ahora, dadas las nuevas tendencias de la cafetería gourmet, a la receta original de capuchino se le anexan saborizantes para crear originalidad y variedades, como vainilla o avellana, por mencionar algunas.

Su origen

Originalmente, “cappuccino” era el término dado a los frailes franciscanos. En el 1683, un ejército enemigo se preparaba para invadir a Viena. El fraile capuchino: fray Marco D’Aviano fue enviado por sus superiores a consolar y predicar a las tropas que eran enviadas a la guerra. En la medida que el enemigo huía, dejaron grandes cantidades de café, sabor que los frailes consideraban demasiado amargo. Decidieron endulzarlo con miel y leche. El color que el café adquirió le recordaba a la gente del color del hábito de los frailes. El nombre cappuccino se traduce del italiano como pequeña capucha y así tomó el nombre el café.

Capuchinos

¿QUIÉN ES NUESTRO FUNDADOR?

Nuestra comunidad Capuchina aparece en la historia el año 1528, pero sus raíces llegan hasta San Francisco, de quien recibimos su savia evangélica, su espiritualidad, nuestra razón de ser y de vivir.

Por eso, respondemos a tu pregunta sin ninguna vacilación: nuestro fundador es San Francisco de Asís. Le solemos llamar con cariño familiar “nuestro Padre San Francisco”.

Somos parte de la familia franciscana, una rama de ese árbol que Dios hizo brotar del corazón de Francisco y en el seno de nuestra Iglesia.

El es nuestra referencia obligada. Casi diríamos nuestra “norma de vida”. Pero a Francisco no le gusta esta expresión; él nos dice con mucha fuerza que nuestra norma de vida es el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo.

Ya conoces a Francisco de Asís. Y, sin duda, te sientes atraído por su figura. El vivió, como nosotros, en un momento de profundos cambios históricos.

Vivió en su juventud a concho… conoció lo que era el dinero, que se ganaba abundantemente en el negocio de su padre, Pietro Bernardote. Conoció las fiestas, los amigos, los bailes, por algo fue proclamado “rey de la juventud de Asís”. soñó con ser un caballero famoso y para ello dedicó gran parte de su tiempo y energía juvenil. Pero un día sintió que todo eso no le llenaba. Quería otra cosa y no sabía bien lo que era… El Señor le salió al encuentro donde Francisco menos le esperaba: en los pobres, los leprosos y en la soledad de la oración. Francisco hizo un largo y difícil camino de conversión.

Oraba desde lo más profundo de su corazón: “Señor, ¿qué quieres que haga?” Francisco no se hizo el sordo. Fue dando pasos muy concretos, que el Señor le pedía. Un día que participaba de la misa en la capilla de la Porciúncula llegó a su culminación su proceso vocacional. Al escuchar el evangelio en que Jesús envía a sus discípulos a anunciar la Buena Noticia del Renio, sin llevar nada para el camino, Francisco, tocado en su corazón por el Espíritu, exclamó gozoso: “Esto es lo que yo quiero, esto es lo que yo busco, esto es lo que en lo más intimo del corazón anhelo poner en práctica”.

Ponto el Señor le dio hermanos. Otros jóvenes y adultos quisieron vivir el Evangelio como Francisco. Quiso que se llamaran HERMANOS MENORES, como para indicar su estilo de vida, basado en el Evangelio.

Desde hace 800 años, millones y millones de personas han recorrido este “camino franciscano”, tratando de seguir a Jesucristo a la manera de Francisco.


¿POR QUÉ SURGEN LOS HERMANOS CAPUCHINOS?

Comenzaron a existir en Italia en el año 1528. Surgieron como una respuesta al deseo de vivir elídela franciscano como toda su fuerza.

Nuestro padre San Francisco vivió el Evangelio con sencillez y radicalidad, y así quiso que lo hicieran sus hermanos y seguidores. En su Testamento nos dice: “después que el Señor me dio hermanos, nadie me mostraba qué debía hacer, sino que el Altísimo mismo me reveló que debía vivir según la forma del Santo Evangelio.”

Francisco y sus primeros compañeros vivieron una pobreza, fraternidad, espíritu de oración, austeridad… admirables; pero cuando la fraternidad franciscana se hizo muy numerosa bajó el nivel. Hubo que hacer adaptaciones a la nueva realidad y a las peticiones de jerarquía de la Iglesia: Francisco sufrió mucho en los últimos años de su vida por este motivo.

En el movimiento franciscano ha habido siempre tendencias y tensiones. Unos hermanos han admirado, sobre todo, a Francisco y han querido mantener a cualquier precio la sencillez y radicalidad de la forma de vida. Otros han acentuado la necesidad de ser eficaces en la Iglesia, teniendo casas grandes y realizando muchos estudios. Ya en los primeros tiempos aparecieron dos tendencias muy marcadas, que se dio en llamar “observantes” y los partidarios de la comunidad que hacían hincapié en la vida “conventual”.

En el año 1517 la Iglesia acepto la división de la Orden Franciscana en dos grandes ramas:

- Los “Observantes” que querían observar la regla de S. Francisco en toda su pureza;

- Los “Conventuales” que sentían la necesidad de vivir en conventos para prepararse bien y servir a la Iglesia organizadamente.

Pero no todos los observantes quedaron conformes con los cambios que se habían introducido. Querían ir más lejos en su deseo de volver al espíritu de los orígenes del franciscanismo.

En la región Italiana de las Marcas, Matero de Bascio y los hermanos Rafael y Ludovico de Fosombrone, iniciaron una nueva reforma, con el único objetivo de volver al espíritu primero de Francisco. Subrayaban la vida en fraternidad, la oración y austeridad de vida, así como la predicación sencilla al pueblo y la dedicación a los enfermos afectados por la peste (leprosos de su tiempo). Querían imitar a Francisco de Asís hasta en su porte externo; por eso van descalzos, usan barba y llevan una túnica con una larga capucha puntiaguda.

El nombre de Capuchinos proviene precisamente de esa capucha grande que usaban. Al verlos descalzos, con barba y capucha larga, la gente habría exclamado: “¡Capuchinos!”, algo así como “los de la capucha”. Ya en 1534 los mismos documentos de la Iglesia empiezan a nombrarlos de esa manera.

Los primeros años de la Reforma Capuchina no fuero fáciles. Pero su entrega heroica a los afectados por la peste hizo que la Iglesia aceptara, en el año 1528, la nueva congregación con el nombre de hermanos menores capuchinos.

Hoy podemos afirmar con seguridad que fue el Espíritu Santo quien impulsó esta reforma, con el fin de dar nueva vitalidad a la familia franciscana y a la Iglesia universal.

Ocho años después de ser aprobada, en 1534 los capuchinos eran ya 700 hermanos. En el siglo XVIII llegaron a ser más de 34.000. Hoy somos 11.000 hermanos extendidos en todos los continentes.

Cuentos

Los Capuchinos

Los Capuchinos desde los orígenes de la reforma escogieron el mismo estilo de vida evangélica que el seráfico padre San Francisco de Asís, privilegiando la vida contemplativa. Los primeros frailes se autodefinieron como “los Hermanos Menores de la vida eremítica”, su estilo de vida iniciado en Albacina, un lugar apartado, montañoso, ubicado en el Ducado de Camerino.

Las Constituciones de Santa Eufemia del 1536, logran una equilibrada armonía entre oración contemplativa y acción apostólica.

Al principio los hermanos Ludovico y Rafael Tenaglia de Fosombrone piden al Papa Clemente VII que su documento sea preferiblemente de modo irrefutable de vida eremítica-contemplativa. Su deseo es conducirse por una vida solitaria alejada de frecuentes visitas de las personas.

Piden en su documento que puedan llevar:
Un hábito pobre de eremitas con capucho cuadrado al estilo de los mendicantes.

Dejándose crecer la barba (llevar barba larga) entre los clérigos como en los laicos.
Aceptar por concepción de padrinos, algún lugar solitario entre las montañas donde puedan vivir como peregrinos y forasteros para dedicarse a la oración.

Todo el texto del primer estatuto (constituciones religiones Zeus) sabe exclusivamente al estilo eremítico-contemplativo.

Comenzando por la finalidad de la vida hasta lo especifico de:
la barba larga .
la inserción en el bosque, entre las montañas.

El primer estatuto de 1529, es de corte netamente contemplativo que exige tres tiempos de oración mental diaria:
después de la completas.
después de las laúdes en la mañana.
oración mental después de tercia para garantizar la atmósfera contemplativa.

Los padres de la reforma quieren que se mantengan en oración mental durante toda la vida y precisan en las constituciones que no se trata de oración pública y con sonido de campanas, sino más bien secreta…

En las constituciones de1536 se precisa: “Los hermanos tengan siempre delante de los ojos de la mente la doctrina de la vida de nuestro salvador Jesucristo y lleven en lo profundo de su corazón el Santo Evangelio”. (cf. Const. 1536 No. 152).

Específicamente se pide a los hermanos que mediten sobre la doctrina y la vida de nuestro salvador. Esfuércense los frailes en hablar de Dios.

Esto ayuda mucho a inflamar sus corazones de su amor. Cf. No. 3.

Meditar y hablar de Dios para inflamar el corazón del amor de Dios, es el mismo significado….

Octaviano Smuki nos dice que la meditación franciscana que aparece en nuestras constituciones capuchinas la encontramos en el pensamiento de San Francisco: “nuestro padre todo divino contemplaba a Dios en toda criatura”. No. 7 (Cf. 1Cel 80).

El franciscano-capuchino, no es un monje, es un hombre contemplativo de Dios, pero es al mismo tiempo itinerante: que mira, ama, adora y alaba a Dios en toda la creación.

Todo esto lo puede hacer sin afectar el fin principal, que es la unión con Dios, al cual deben dirigirse todos sus intentos y deseos, para poder transformarse en él.

El número 63 de las constituciones de 1536 o de Santa Eufemia, Roma, nos dice al respecto: “puesto que nuestro último fin es Dios, al cual cada uno debe orientarse con ardor para transformarse en él, exhortamos a todos los hermanos a dirigir a él todos sus pensamientos, a devolver todos nuestros intentos y deseos con todo posible compromiso de amor, para que podamos unirnos a nuestro óptimo Padre con todo el corazón, mente y alma, con nuestras fuerzas y virtudes” (Cf. Lc 10, 25-28; Mc 12, 28-34; Dt 6, 5…).

Por consiguiente, es indiscutible que el carisma capuchino desde sus orígenes nació evidentemente cristocéntrico, lo cual constituye el fundamento de todo nuestro accionar en el mundo.

Carisma

El carisma capuchino es común con toda la familia franciscana, especialmente con la primera Orden: Menores y Conventuales. El carisma es el mismo del seráfico Padre San Francisco, que consiste en el seguimiento de “Cristo pobre y crucificado”. Este carisma es el que imprime la identidad de nuestro ser consagrado como franciscanos capuchinos. Seguimiento de Cristo que se concretizó en Francisco en las dimensiones vertical y horizontal, interior y exterior con el encuentro con Cristo crucificado, el leproso y el llamado del Evangelio: “Vende todo lo que tiene, dáselo a los pobres y sígueme”; “la mies es mucha y los obreros son pocos…”

Desde este carisma brota una espiritualidad evangélicamente cristocéntrica, fraternasolidaria y misionera, con opciones claras para la vida que le sugiere la pobreza-minoridad, la simplicidad, la cercanía al pobre en las personas físicas de los leprosos y demás pobres, el principio del “no poder”, la opción del compromiso por la paz y la ecología, por la fraternidad universal…

El carisma franciscano, es dado a Francisco de modo particular por el Espíritu Santo, autor y distribuidor, de los carismas en la Iglesia.

Simplicidad, minoridad, cercanía al pueblo, vida de penitencia, espíritu fraterno, contemplación, formación académica, entre otros, son signos visibles del estilo de vida del Capuchino contemporáneo.

San Francisco de Asís

Nuestro fundador nació en 1181 en la ciudad de Asís, Italia, donde vivió la mayor parte de su vida, y está enterrado en la Basílica de San Francisco de la misma ciudad. Hijo de un rico mercader, que en su juventud se distinguió por su liderazgo entre los jóvenes, su alegría y agrado por las fiestas. En la guerra entre Asís y Perusa en 1202 fue hecho prisionero y paso algunos años en la cárcel, donde inicio su proceso de conversión. Tenia una ambición por luchar en las cruzadas y ser nombrado caballero; pero la soledad, la enfermedad y ciertas voces interiores, le condujeron a un cambio radical en su vida, al grado que la gente decía: “se ha vuelto loco”.

En su proceso de conversión Francisco vende su caballo, regala su armadura y vuelve a Asís, descubre la belleza de la naturaleza y busca el sentido de la vida. Cruza todas las barreras sociales cuando besa a un leproso, los marginados o despreciados de aquel tiempo. Cristo, por medio del crucifijo de San Damián, le llama a reparar su Iglesia. Francisco escucha a Jesús y su palabra en el Evangelio, que por las diferentes situaciones del momento rompe los lazos familiares y vive en estricta pobreza. Escandaliza a muchos y atrae a otros, que le piden compartir su vida.

Se desplaza con sus compañeros por Italia y otros lugares, proclamando la bondad de Dios el Salvador, la paz y la reconciliación. Hombres, mujeres y familias enteras piden seguir a Francisco. Escribe una breve regla, que fue aprobada por el Papa, con lo que da inicio la orden franciscana.

En 1224 entre sus múltiples problemas de salud, el Señor bendice a nuestro hermano Francisco con las llagas de Cristo y compone su conocido Cántico de las Criaturas.

Muere en 1126 entre sus hermanos, desnudo sobre la tierra, enfrente de su choza.

Los Capuchinos en México

El celo misionero de los hermanos capuchinos llevó, desde siglos atrás, a numerosos hermanos a América Latina provenientes de el “viejo continente”, Europa, a anunciar a los nuevos pueblos descubiertos, la buena nueva de Jesús. En esta larga travesía, de más de tres siglos, son incontables las historias de grandes hombres, ilustres por su ciencia y santidad de vida, que consagraron su vida e incluso derramaron su vida por el anuncio de del Evangelio y la defensa de los pueblos indígenas muchas veces explotados.

La primera presencia de los hermanos capuchinos en América Latina tiene lugar en Brasil, en el siglo XVII, a la par se hacen presentes en las Antillas, la Guayana y poco más tarde aparecen defendiendo los derechos de los negros explotados en Venezuela.

El primer capuchino que pisó tierras mexicanas fue Fr. Francisco de Ajofrín allá por los años 1763-1766. Aunque su venida a México no fue para dar comienzo a la Orden en este país, sino más bien para hacer una colecta de ayuda para las misiones encomendadas a los capuchinos en el Tibet, es destacable mencionar la buena impresión que le deja este país, y así mismo el interés que queda en los hermanos para ir a misionar a aquellas tierras tan “cálidas y agradables por sus paisajes”, “dóciles, humildes y piadosas por su gente” según el testimonio de Fr. Francisco.

No es sino hasta el siglo pasado, 1907-1911, cuando aparecen los hermanos ya con planes de cimentar la Orden provenientes de Cataluña, según la petición que el entonces Arzobispo de México Leopoldo Ruiz y Flores hiciera al capuchino Fr. Calasanz de Llevaderas Cardenal Vives y Tutó, en Roma durante un Concilio Latinoamericano.

Los movimientos revolucionarios de 1911, progresivamente hicieron muy difícil la vida de los hermanos, y tuvieron que abandonar el país en 1918. La segunda etapa de presencia de los hermanos data de los años 1921-1926, en la ciudad de México. Su actividad en “Ntra. Señora del Pocito”, templo filial al Santuario de Guadalupe, está marcada por la atención pastoral de la parroquia, capellanías y la predicación. La ascensión al poder en 1926, del presidente Plutarco Elías Calles, obliga a los hermanos de nuevo a salir de México.

Hacia los años 1947-1987, los hermanos se hacen de nuevo presentes con vías a la fundación de la Orden, según el ofrecimiento del Arzobispo de México, Luis M. Martínez. Así comienza la construcción de un convento en la colonia las Águilas, 1947, en la ciudad de México. Desde entonces hasta la fecha, la Orden se ha ido estableciendo en México apoyada principalmente por hermanos provenientes de la provincia de Cataluña y desde 1989, por hermanos de la provincia de Navarra, España.

Nuestro Carisma

La Vida y Regla de los Hermanos Menores es ésta:
Vivir el santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo,
en obediencia, sin propio y en castidad.
(1Regla de Vida de San Francisco de Asís)


Los Capuchinos somos la rama más joven de los franciscanos, remontándonos a 1525, cuando unos Frailes Menores de la región de las Marcas, Italia, quisieron vivir con más rigor su vida de oración y pobreza, para estar más próximos al espíritu original de San Francisco de Asís.

Gracias al apoyo de la Corte Papal, la nueva rama consiguió pronto la aprobación y creció rápidamente, primero en Italia y, a partir de 1574, por toda Europa. El nombre de Capuchinos se refiere a la forma peculiar de nuestra capucha. Lo que en un principio fue como un apodo, se convirtió en el nombre oficial de la Orden que está extendida por 99 países de todo el mundo, y cuenta con unos 11,000 hermanos que vivimos en más de 1800 fraternidades o conventos. La simplicidad, la cercanía al pueblo, nuestra vida de oración y el espíritu fraterno en nuestras casas y apostolado, son signos visibles de nuestro estilo de vida.

Nuestros pilares evangélicos son:

Oración contemplativa:
En la oración alcanzamos la plenitud de nuestra vida. En unión con Dios y con los hombres nos trasformamos en Cristo Dios-Hombre que es nuestra oración y nuestra acción. Es la expresión característica de nuestra vida de hermanos menores.

Fraternidad:
Unidos por la fe en Dios y alimentados en la mesa de la palabra divina y de la Eucaristía nos amamos mutuamente, para que el mundo pueda reconocernos como discípulos de Cristo. Teniendo un sólo corazón y una sola alma nos esforzamos por avanzar en la construcción del Reino.

Pobreza:
Nuestra pobreza es autentica expresión de nuestra pobreza espiritual. Viviendo de modo sobrio y sencillo aceptamos la disponibilidad en el amor, la conformidad con Crispo pobre y crucificado, que ha venido a servir y es estimulo a la solidaridad con los más pequeños de este mundo.

Apostolado:
Nuestras fraternidades, obedeciendo el Espíritu del Señor y a su santa operación, cumple en la Iglesia el deber de servicio para con todos los hombres evangelizándolos con el ejemplo y la palabra, viviendo en el mundo la vida evangélica en verdad, sencillez y alegría.

Misión:
Nuestra Orden acepta como tarea el compromiso de la evangelización. Guiados por el Espíritu ofrecemos testimonio de Cristo en todas partes llevando a cabo su proyecto de salvación de los hombres, construyendo un mundo justo y lleno de paz.

Cántico de las creaturas

 

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Alfareros - De bendición en bendición

“Comprar, Tirar, Comprar”

“Comprar, Tirar, Comprar”, un interesante documental sobre lo que llaman “el motor secreto de las sociedades de consumo”, el cual se basa en el principio de acortar la vida de los productos para aumentar sus ventas.

San Pío de Pietrelcina

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Somos hermanos, vivimos en fraternidad, oramos en particular y en común, compartimos nuestra mesa y nuestro tiempo, nos ayudamos a crecer, como en cualquier familia. Nuestras comunidades, llamadas fraternidades, son lugares alegres y hospitalarios. Somos una fraternidad evangélica, Jesús de Nazaret es nuestro modelo de vida simple y humilde entre la gente. La vida de Cristo, las Sagradas Escrituras, San Francisco y sus escritos son nuestra inspiración.

Franciscana Internacional 

Franciscana Internacional (FFI) es una Organización no gubernamental en las Naciones Unidas, con la más alta categoría, es decir, estatus consultivo general. Actúamos bajo el patrocinio de la Conferencia de la Familia Franciscana (CFF) y servimos a todos los Franciscanos, y a la Comunidad Mundial, a través del desarrollo de los principios y de los valores franciscanos, espirituales y éticos ante las diversas instancias y los respectivos Órdenes del Día de las naciones Unidas.

Red Asís

La Red Asís es una red social abierta de personas que quieren conocer o compartir la espiritualidad franciscana en su vida cotidiana.

ZENIT
ZENIT es una agencia de información internacional sin ánimo de lucro integrada por un equipo de profesionales y voluntarios convencidos de la extraordinaria riqueza del mensaje de la Iglesia Católica, en particular, de su Doctrina Social, como luz para comprender la
actualidad.



Amnistía Internacional es un movimiento global integrado por personas, en su mayoría voluntarias, que trabajan para que se respeten los derechos humanos en todo el mundo. La organización desarrolla este trabajo con absoluta independencia económica, política y religiosa. AI ha optado por renunciar a las subvenciones de Gobiernos y a las donaciones de partidos políticos con el objetivo de preservar la imparcialidad y libertad de acción.

FM4 Paso Libre (Dignidad y justicia en el camino A.C.) es una organización sin fines de lucro constituida como un grupo interdisciplinario de voluntarios comprometidos que, al tener un acercamiento al fenómeno migratorio en diferentes puntos de la República Mexicana y sensibilizados ante esta realidad, ha decidido emprender un proyecto de intervención integral con migrantes indocumentados en tránsito en la Zona Metropolitana de Guadalajara.

Cuentos

Cambiar de mentalidad...

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